Manifiesto de la Campaña Internacional de Scientist Rebellion / Rebelión Científica España 2024
La crisis climática y de biodiversidad es una amenaza existencial para la vida en la Tierra. El IPCC estima que, en nuestra trayectoria actual, es muy probable que superemos con creces el límite de los 2 grados¹ y que se crucen numerosos puntos de inflexión², más allá de los cuales el calentamiento global se acelerará de forma incontrolable y los fenómenos meteorológicos extremos se convertirán en la norma, acelerando la 6ª extinción masiva ya en curso³. Además, con el colapso de la biodiversidad y la contaminación ubicua, se han cruzado 6 de los 9 límites planetarios⁴, causando daños irreversibles a la vida en la Tierra y poniendo en peligro la seguridad alimentaria e hídrica. Ante el mayor desafío jamás planteado a la humanidad, debemos tomar medidas inmediatas para limitar esta catástrofe en curso.
Como ciudadanía europea tenemos una gran responsabilidad en esta catástrofe. El consumo ecológico del ciudadano europeo medio es 2,8 veces superior a la capacidad de nuestro planeta para regenerarse⁵, y 5 veces superior al del ciudadano indio medio⁶ ⁷. Por tanto, debemos reducir drásticamente la destrucción creada por nuestra actividad económica y nuestro uso de los recursos naturales.
El principal obstáculo que se interpone entre nosotros y las medidas necesarias es la búsqueda de un crecimiento económico infinito. Hace 52 años -cuando se publicó el informe Los límites del Crecimiento⁸, para el Club de Roma- que la comunidad internacional sabe que la economía de crecimiento lleva a un suicidio colectivo anunciado. Sin embargo, a pesar de la evidencia de que no es posible desvincular globalmente el PIB de sus impactos medioambientales⁹ ¹⁰, nuestros dirigentes siguen instalados en el tecno-optimismo intentando hacernos creer que el crecimiento “verde” es compatible con la necesaria transición ecológica. Gran parte de esas “tecnologías verdes”, a pesar de estar aún en fase de prueba, muestran ya serias limitaciones e impactos ambientales¹¹. La promesa de que el crecimiento económico se traduce en bienestar humano también se ha roto: si observamos los últimos 40 años, no existe ninguna correlación entre el crecimiento económico y el desarrollo humano, como la alfabetización, la esperanza de vida y la educación¹². El PIB mide el bienestar del capitalismo, no el bienestar de las personas. ¿Queremos seguir acelerando los beneficios para unos pocos o crear bienestar para todas las personas? Sólo hay una solución: apostar por un decrecimiento planificado, democrático y socialmente justo, comenzando por el 10% de la población más rica y con una redistribución de la riqueza que garantice una vida digna a todas las personas.
A diferencia de los límites planetarios, el sistema económico no es una ley de la naturaleza, sino una construcción social. El neoliberalismo salvaje que rige nuestras vidas es sólo un invento reciente. ¡Cuántas medidas podríamos poner en marcha con los presupuestos que se concedieron al sector privado durante la crisis financiera de 2008 o la pandemia del Covid-19! No nos engañemos: el actual sistema económico orientado al crecimiento ha alcanzado el punto de saturación. Nos toca elegir entre una reducción controlada, con un replanteamiento de los sectores con impactos negativos sobre los ecosistemas y todas las personas y con la revalorización del trabajo esencial, o bien asistir a un colapso espantoso de ambos.
La gravedad de las múltiples crisis interconectadas (ecológica, climática, de biodiversidad y social) exige repensar a fondo el sistema económico para garantizar un nivel de vida digno a todas las personas dentro de los límites del planeta. Por ello, exigimos al gobierno de la UE, así como al español que abandone el crecimiento como objetivo económico y ponga en marcha un plan europeo de emergencia ecológica socialmente justo para reformar a fondo la economía, bajo control democrático de una asamblea ciudadana climática permanente y vinculante informada por la ciencia y por los actores sociales.
Demandas
1. Prohibir la publicidad consumista y etiquetar la huella ecológica de la industria.
En primer lugar, prohibir toda publicidad de productos destructivos para el medio ambiente e imponer normas de calidad más estrictas. Una encuesta de los años 90 reveló que el 85% de los directores ejecutivos estadounidenses admitían que la publicidad “a menudo” persuadía a la gente a comprar cosas que no necesitaban¹³. Por ejemplo, la industria textil es responsable del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y ocupa el segundo lugar tanto en el uso de agua como en la contaminación por microplásticos¹⁴. Todo esto por ropa que potencialmente acaba en la basura tras unos pocos usos. Imaginemos el efecto positivo que tendría para el medio ambiente la prohibición de la publicidad y la imposición de normas de calidad estrictas en este sector. Otro ejemplo claro es la industria alimentaria. Innumerables informes muestran que nuestra alimentación, en particular la de origen animal, se basa en una industria con efectos tan destructivos para el medio ambiente como silenciados por la acción de los lobbys. Urge prohibir la publicidad engañosa de la industria alimentaria que vende como verdes, sostenibles, saludables y acordes al bienestar animal productos de ganadería que son devastadores para el medioambiente, los animales y la salud humana. Es vital que la población conozca los impactos de lo que come cada día, solo así se la podrá empoderar para un cambio que los gobiernos no hacen.
2. Eliminar subsidios tóxicos: a combustibles fósiles y ganadería.
Todo subsidio dañino debe ser sustituido por subsidios a aquello que ayude a mitigar y adaptarnos a las crisis mencionadas: ante todo empezando por los subsidios tanto a combustibles fósiles como a ganadería y alimentos de origen animal, siendo estas las dos actividades humanas con mayor impacto sobre el clima y la biodiversidad. Según el informe del propio Ministerio de Consumo de España de 2022 la carne tiene huellas ambientales 4 veces mayores que los aviones, 10 veces más que la ropa y 40 veces más que los ordenadores personales o móviles. Sin embargo, la UE destina 39.000 millones anuales a combustibles fósiles y 44.000 millones a alimentación de origen animal, el 80% de toda las ayudas de la PAC. Estas partidas económicas son subsidios tóxicos, y se deben reorientar en su lugar hacia una transición agroalimentaria y energética, que ponga las necesidades de las personas, y no de la industria, en el centro. Medidas como la implantación de una Seguridad Social Alimentaria o de Comunidades Energéticas fuera del control del oligopolio deben ser objeto de deliberación por una Asamblea Ciudadana permanente y vinculante.
3. Hacer que las empresas paguen el verdadero coste de sus actividades.
En segundo lugar, cobrar el verdadero coste de los productos: el gobierno debería retirar todas las subvenciones a las empresas contaminantes y hacerles pagar por sus daños medioambientales. Para ello es preciso cuantificar, visibilizar y monetizar los daños medioambientales para que las empresas paguen el verdadero coste de sus actividades: emisiones de gases de efecto invernadero, daños a los ecosistemas, perjuicios a servicios ecosistémicos, daños a la salud humana, etc: todos sus crímenes contra el mundo vivo. La naturaleza nos alimenta y nos mantiene vivos, ¡y eso debería tener un precio! Todo el dinero ahorrado debería transferirse a sectores que contribuyan a nuestro bienestar… ¡y a nuestra supervivencia!… ¡No puede haber bienes ni supervivencia humanas sin salud planetaria!
4. Prohibir y limitar el consumo, la producción, y desecho excesivos.
Urge abandonar el consumo y la producción insostenibles. Hay que prohibir los productos y servicios más contaminantes o limitar su uso y acabar con la economía de la obsolescencia programada, la moda rápida y el hiperconsumo, potenciando economías circulares y compartidas, y reducir drásticamente el desecho en todos los órdenes, especialmente en alimentación. Cambiar la carne por proteínas vegetales podría permitirnos reducir el 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y liberar una superficie igual a la de Canadá, Estados Unidos, China y Brasil juntos¹⁵. Los vuelos de corta distancia deberían prohibirse, y los de larga distancia deberían racionarse, al igual que el uso del automóvil; tras facilitarse una oferta de transporte colectivo y compartido accesible y económico.Este se financiaría con los subsidios eliminados del sector fósil y con el impuesto al queroseno. El urbanismo depredador y especulativo y los excesos destructivos del turismo han de ser limitados igualmente. La redistribución de la riqueza es clave para que todo el mundo tenga derecho a una dieta equilibrada, a la vivienda y a la movilidad, pero el abuso debe limitarse a toda costa.
5. Puesta en común de recursos y reducir nuestra huella planetaria… hacia una vida mejor!
Todas estas medidas afectarán al poder adquisitivo de la ciudadanía, pero no a su calidad de vida. Podemos mantener e incluso mejorar la calidad de vida de todas las personas con menos cosas si priorizamos y nos dotamos de las que son necesarias. En lugar de acaparar los recursos esenciales para un uso personal ocasional, habría que tratarlos como bienes comunes: compartidos y mantenidos bajo control democrático para un uso justo por parte de todas. Esto debería aplicarse a todos los bienes básicos, agua, energía, transporte, herramientas, etc. Como decía la ahora olvidada Estrategia España 2050: “Esta reducción de ciertos consumos no provocará un empeoramiento de las condiciones de vida ni del bienestar de la ciudadanía. De hecho, probablemente ayudara a mejorarlas. […] la economía circular y sostenible no tiene por qué ser menos dinámica y próspera que la lineal e insostenible; más bien al contrario.”
6. Crear una asamblea ciudadana permanente y vinculante, y detener la criminalización del movimiento ecologista.
Las múltiples experiencias de asambleas ciudadanas climáticas de los 3 últimos años han demostrado que las personas informadas por la ciencia de manera independiente toman resoluciones a favor de políticas públicas de suficiencia y de reducción drástica del consumo de bienes, de materias primas o de energía¹⁶. La planificación justa y democrática del decrecimiento es posible y se hace legítima gracias a las asambleas ciudadanas por sorteo y su amplia difusión en el resto de la población. Por eso, con numerosos colectivos y ONGS en distintos países (UK, Bélgica, Francia, España, Alemania, Italia) exigimos la creación de asambleas ciudadanas climáticas permanentes con garantías vinculantes y apoyamos los primeros experimentos que están realizando Bélgica o Italia. Está probado que la participación ciudadana refuerza la democracia representativa porque permite emanciparla de la influencia de los grupos de intereses y garantiza que el pueblo tenga realmente derecho a decidir sobre su futuro. El último informe del IPCC recomendó una “mayor participación pública en los procesos de política climática y gobernanza” porque “permite una transformación social más amplia hacia el cambio sistémico, incluso en contextos complejos, dinámicos y controvertidos”¹⁷. Ahora sabemos que las asambleas ciudadanas funcionan¹⁸ y que son capaces de emprender la trasformación profunda del sistema que necesitamos: el decrecimiento está a nuestro alcance. No aceptaremos ningún “citizenwashing”¹⁹ y por eso reclamamos asambleas ciudadanas permanentes y vinculantes tanto a nivel europeo como nacional y autonómico. Urge también exigir a los gobiernos que paren de inmediato la criminalización de los movimientos ecologistas, los únicos que exigimos que se haga lo que los gobiernos deberian hacer, acumulando éstos 5 décadas de inacción criminal!
Notas generales
- Utilizamos el término y luchamos por el verdadero significado del Decrecimiento, contraponiéndolo al término “recesión”, y siempre entendido como planificado y socialmente justo.
- Criticamos el uso del PIB pero no proponemos un indicador económico alternativo. El uso o no de indicadores y cuáles usar corresponde a las Asambleas Ciudadanas.
- Las medidas que proponemos son medidas de emergencia para una primera fase de la transición. Corresponde a la Asamblea Ciudadana decidir qué hacer a continuación y, en particular, cómo garantizar una transparencia y una responsabilidad radicales del ejecutivo.
Referencias
¹ IPCC AR6 WG I – Climate Change 2021: The Physical Science Basis p. 62
² IPCC AR6 WG I – Climate Change 2021: The Physical Science Basis p. 106
³ Secretary-General’s video message on the launch of the third IPCC report
⁴ Planetary boundaries – Stockholm Resilience Centre
⁵ EU Overshoot Day 2019 – WWF
⁶ Ecological footprint of European countries – European Environment Agency
⁷ The Ecological Footprint in India – LtEconomyBlog
⁸ Donella H. Meadows et al., 1972, The Limits to Growth
⁹ Growth without economic growth — European Environment Agency
¹⁰ Decoupling Debunked – European Environmental Bureau
¹¹ Daniel Tanuro, 2014, Green Capitalism Why It Can’t Work
¹² UNDP 2010/42 Understanding Performance in Human Development, pp. 28-32
¹³ Andre Gorz, 1994, Capitalism, Socialism, Ecology (trans. Chris Turner)
¹⁴ ActNow for Zero-Waste Fashion – United Nations Sustainable Development
¹⁵ Elke Stehfest et al., 2009, Climate benefits of changing diet, Climatic Change 95 (1-2), pp. 83-102
¹⁶ https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2214629623003146
¹⁷ https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg3/downloads/report/IPCC_AR6_WGIII_FullReport.pdf p. 525
¹⁸ https://assembly.coe.int/nw/xml/XRef/Xref-XML2HTML-en.asp?fileid=29354&lang=en
¹⁹ https://eeb.org/wp-content/uploads/2024/03/EEB-Citizenwashing-final-WEB.pdf
Fuentes adicionales:
https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2108146119
https://www.pbs.org/newshour/world/climate-change-report-is-a-code-red-for-humanity-u-n-warns
https://climate.selectra.com/en/news/ipcc-report-2022#we-are-close-to-reaching-irreversible-tipping-points
https://www.stockholmresilience.org/research/research-news/2022-12-22-overshooting-climate-targets-could-significantly-increase-risk-for-tipping-cascades.html
https://youtu.be/P8rlLaT8v4Q
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0921800910003733
Hickel, Jason, 2020, Less is More. How Degrowth will save the World. London: William Heinemann